Nos vamos de paseo por el Parque Natural de las Arribes del Duero, a la provincia de Salamanca, a la cuenca del río Uces, nos encontramos que en el curso del río hay una caída de 50 metros, tan grande es el golpe del río, desplazándose durante la caída que genera una nube de vapor a su alrededor, nos encontramos en El Pozo de los Humos.
El nombre del lugar es descriptivo, no es que ver el lugar que nos rodea nos deje sin palabras, es que entre tanto estruendo hablar no sirve de nada. Un espectáculo natural que, junto al Salto del Nervión, del que más adelante hablaremos, una de las cascadas más impresionantes de la Península. Y no se trata de exageración literaria: las cataratas por las que se precipita el Niágara miden 52 metros, el precipicio por el que salta el río Uces, 5o metros.
El Pozo de los Humos se localiza en los terminos municipales de Pereña de la Ribera y Masueco. Un paisaje de laderas, horizontes alomados y arboledas, un poco más abajo de donde el río Tormes se une con el Duero y antes de donde el río Uces se une también al Duero.
Este lugar fue visitado un par de veces por Don Miguel de Unamuno, que adornó su asombro con unas palabras: «Es una de las hermosas caídas de agua ésta que puede verse entre aquellos adustos tajos«. Por esta razón el Ayuntamiento de Masueco decidió recordar el paso del escritor y filósofo bilbaino por esos lares, rebautizando la senda que va desde dicho pueblo al Pozo, como «Senda de Unamuno». Esta senda es de dificultad moderada, de unos 3 kilómetros y se completa en algo más de media hora.
Esta ruta también se puede hacer desde Pereña de la Ribera, si la hacemos desde este pueblo, tendremos una vista mas frontal de la cascada, un ángulo distinto pero igual de impresionante. Esta ruta es de fácil recorrido, además de corta, 3,2 km. ida, con dificultad baja salvo si se desciende al río por la Cañada de Zarzalito, cuya dificultad es media, tanto en la bajada como en la subida.
Su espectacular belleza radica en la nube de vapor que se forma a su caída y la creencia popular de ser impenetrable e inexplorada su base, ya que la historia recuerda en canciones y fábulas cuando un campesino transitaba por sus aledaños y arreando un carro de bueyes con sus yugos, rejas, carro y aperos se deslizó precipitándose hacia el abismo, sin ser nunca recuperado pese que se aunaron todas las sogas del lugar en un infructuoso rescate.
Robles, enebros y castaños, olivos, endrinos y jarales contemplan al viajero y dan cobijo al jabalí, al lobo, al lince ibérico y a cabras montesas, así como cantidad de aves migratorias, tórtolas, palomas, gansos y gaviotas de río son vistas con frecuencia y se hospedan para siempre.
La Cigüeña negra anida en estos parajes y la majestuosidad del Buitre nos indica el punto a coronar en nuestro empeño en llegar al inigualable Pozo de los Humos. Los amantes de los pájaros pueden ver al águila, el milano, el abejaruco, el alimoche, la lechuza y el búho, anfibios, salamandras, ranas , reptiles y alacranes son frecuentes en la zona.
Se recomienda visitar la zona en época de lluvias, para ver al Río Uces en su mayor esplendor. Este río es de tipo estacionario, en otoño o invierno lleva gran cantidad de agua, pero en verano, cuando no hay casi precipitaciones, su caudal es bastante menor y disminuye la espectacularidad de su caída. Se debe tener precaución en la zona, no es recomendable acceder a zonas que no estén habilitadas, fuera de los miradores, ya que las rocas mojadas pueden provocar caídas.